Bedoya Hostelería es el distribuidor oficial de los Vinos Don Jacobo en Málaga
Ribera del Duero, Rueda, Toro, Rias Baixas… se cuenta por decenas las Denominaciones que campan por los viñedos españoles. Sin embargo, de todas ellas, una viene con mayor frecuencia que el resto a la mente del consumidor cuando se habla de vinos: Rioja. Ya sea por tratarse de la Denominación de Origen más antigua de España o porque sus cualidades organolépticas y calidad le han valido para alzarse como la única Denominación de Origen Calificada (categoría reservada a los vinos que han alcanzado altas cotas de calidad), los vinos con Denominación de Origen Rioja son sinónimo de nuestra mejor cultura vinícola. Y de entre todos los exponentes de esta laureada denominación, pocos hacen honor a ella como los Vinos Don Jacobo de Bodegas Corral.
Tradición riojana en los Vinos Don Jacobo
En plena Ruta Jacobea, desde hace más de cien años, Bodegas Corral elabora con esmero los Vinos Don Jacobo, impregnando cada uno de sus caldos con la esencia que caracteriza a los ancestrales vinos de esta tierra. Basta con atravesar el umbral de la bodega para comprender que el aire que allí dentro se respira, el mismo que acaricia el roble de las barricas que contienen la sangre de La Rioja, no pertenece a esta época. En cada rincón de Bodegas Corral se puede sentir como las tradición vinícola riojana de siglos atrás coexiste en perfecta armonía con las más recientes innovaciones tecnológicas del mundo del vino.
Por este motivo, y como no podía ser de otra forma, la uva tempranillo, la variedad reina en Rioja, es la predominante en los Vinos Don Jacobo, seguida en menor proporción por las variedades garnacha, mazuelo y graciano. Así, se elaboran unos vinos de moderada graduación alcohólica y acidez, especialmente equilibrados e ideales para la crianza. En lo que respecta a los vinos blancos, la viura es la responsable del carácter afrutado, ligeramente seco, que caracteriza al Vino Blanco Don Jacobo.
Don Jacobo y el respeto por el vino
Junto con este clasicismo, otro elemento destaca en los Vinos de Bodegas Corral: el saber hacer. Desde el laboreo de la tierra hasta la crianza en barrica, todas las fases de elaboración están impregnadas por la doctrina del respeto al vino. La impaciencia y la rudeza en el trato del vino son elementos que no tienen cabida en la razón de ser de Bodegas Corral. Ejemplo de ello es la delicadeza puesta en el proceso de trasiego, donde el vino es extraído con sumo cuidado de las barricas para posteriormente volver a ser introducido, una vez que la barrica es limpiada y desprovista de los precipitados o impurezas generados durante el letargo del vino.
Este ideal de respeto por el vino también se ve reflejado en su excepcional bodega. Excavada bajo las instalaciones principales, la bodega se encuentra bajo el nivel freático, lo que garantiza de forma natural unas condiciones de humedad y temperatura óptimas, prácticamente invariables durante todo el año.
Don Jacobo, Viña Martín y Altos de Corral
De este modo, mediante el maridaje de tradición y respecto, Bodegas Corral produce tres líneas de vinos: Vinos Viña Martín, Vinos Don Jacobo y los Vinos de Autor Altos de Corral.
Los Vinos Viña Martín son una respuesta a las necesidades vinícolas básicas del sector de la restauración. Mientras que los Vinos Don Jacobo constituyen la línea de vinos más profesionalizada y maestra de Bodegas Corral. Dentro de ella, destaca el Vino Blanco Don Jacobo, de carácter afrutado, digno rival de los Vinos de Rueda, y el Vino Tinto Don Jacobo Crianza, considerado uno de los mejores vinos crianza de La Rioja.
Por último, los Vinos Altos de Corral son la máxima expresión de la maestría de Bodegas Corral. De producción limitada y sujeta a la calidad de la uva de cada añada, la excepcionalidad de estos vinos yace en los viñedos propios de los que se obtiene la uva con la que se elabora.
Situados a una altitud de seiscientos metros, en un angosto collado que emerge del valle como si la propia naturaleza, orgullosa, quisiera resguardar las vides del resto del paraje, los viñedos de Altos de Corral moran bajo el sol de La Rioja protegidos de las agresivas borrascas del norte por la Cordillera Cántabra. Al tratarse de una tierra pedregosa, las vides se ven obligadas a extender sus raíces decenas de metros bajo el suelo, buscando el corazón palpitante de la tierra, produciendo unas uvas de mayor riqueza mineral que el resto de vides del valle. Todo ello, junto con una meticulosa vendimia manual y una crianza en barricas de roble americano y francés, dan lugar a un vino singular de una calidad que honra, como ningún otro vino, la Denominación Rioja.
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